miércoles, 22 de octubre de 2014

Tratar de enterrar el ayer

Me siento débil, insignificante por dejar que volvieras a entrar,
jamás cerré la puerta, evadí la realidad, pretendí haberte dejado atrás, 
pero odiarte sólo hizo mantenerte más presente.

Y no te extraño, tampoco te amo, no quiero verte, tampoco volver a tenerte,
simplemente quería ver que sigues siendo el mismo de siempre, 
el mismo a quien deje de querer, el mismo que empece a odiar,
y quizás deje la puerta abierta para afirmar que nunca cambiaras,
no tengo ninguna intención, más bien disfruto saber lo sólo que estás,
aunque pienses que estás acompañado.

Mi intención era ver que nunca cierras las puertas,
que sigues sin saber lo que realmente quieres y que de respeto sabes poco,
deje la puerta entre abierta para darme cuenta que en el fondo eres débil,
que no puedes estar sólo, que necesitas de alguien más para sobrevivir,
que sigues siendo egoísta y pensando sólo en ti.

En cambio yo, podría contarte todas las cosas buenas que surgieron sin tenerte,
podría contarte lo bien que me ha ido en todo,
podría decirte que soy felizmente soltera, que no necesito de un hombre,
podría decirte que mis amigos, cada vez se transforman en mejores amigos,
podría estar toda la noche admirándome de lo bien que estoy,
y que incluso estoy proyectando un futuro,
pero todo eso es sobre mi y yo siempre me dejo al final de la historia
o incluso muchas veces omito estar en ella,
porque a diferencia de ti, detesto hablar de mi y alardear de mi vida.

Ahora que ya se lo que quería saber sin tu siquiera saber,
puedo decir que estoy lista para enterrar el ayer, enterrarte en un profundo
mar de recuerdos olvidados...